lunes, 28 de septiembre de 2009

La reina del desierto

Los relojes enloquecieron
y daban las doce todo el tiempo...
la cenicienta re-perdía su zapato de cristal
yo quedaba sin vida una y otra vez
mi asesino volvía a escapar
la pelicula se rayó y su historia también.

De pronto volví a despertar
era el infierno y no el cielo
me sentí agonizar
era todo ceniza y no fuego.

Por un segundo añoré
estar con más almas sufriendo
pero el único diablo era yo
pagando un castigo eterno.

Cuando de pronto lo ví llegar
venía vestido de fuego
llevaba una espada clavada
desde la nuca hasta el cuello

Me dijo en otro idioma
"mi oscura reina eres tú"
de pronto entendí
que llegúe a gobernar el infierno.

Entonces pude moverme
y sentí el dolor en mi cuerpo
una inmensa cadena me ataba
exprimiendo todos los huesos

Mi hombre de fuego
me desató del sufrimiento
yo le desenterré la espada
y ambos suspiramos enredados
en el caliente humo denso.

Tanto lloré

Y lloré mis ojos por las mejillas
cayeron como dos lagrimas de agua
empaparon mis labios y mi cuello
y avanzaron infinitos por mi cuerpo

me bañé de dulces colores
de infinitos recuerdos dormidos
lloré hasta que la noche era día
lloré hasta que mi alma era nada.

Pajaro

Pajaro de alas de plumas
que vuelas en busca de alimento
que vuelas en busca de sentimiento
que a ti te acompaña la ternura

No encontré tus labios

No encontre tus labios.

y no encontre tus labios
en ese hombre tallado en roca
es que en su sombra grisacea
tu alma era muy pequeña
y aunque tu beso me llame
y su suplica me condene
no encontre tus labios
para besarlos ahora.